Ojalá no te haga falta enfermar para valorar lo que ya eres y tienes.
Andamos por la vida poniendo el foco en todo lo que no tenemos, en todo lo que nos falta para sentirnos completos.
Perseguir un sueño, marcarse objetivos, trabajar con ahínco para conseguirlo, o al menos, para acercarnos a él… son premisas de todo buscador que ambiciona mejorar en estilo de vida, en condiciones laborales, que resuelven en ganar en tranquilidad vital.
No importa tanto el qué hagamos sino, el cómo estemos mientras lo hacemos. Al universo no le importa si para llegar a C, eliges el camino A o B.
Además, desearlo no significa alcanzarlo.
El universo te da respuestas cada día del magnetismo que activas con todo lo que sientes y te hace vibrar. Eso es lo que atraes.
No basta con desearlo, porque si el deseo conlleva anhelo, el anhelo perdurará.
El magnetismo funciona con la ley de: más de lo mismo.
¿Por qué sino, utilizamos expresiones como «estar en racha» o «cuando los males vienen, vienen todos juntos»?
No distingue entre bueno y malo, y le importa un carajo tus circunstancias.
Esta fuerza que todo lo mueve te está dando una nueva oportunidad a cada segundo mientras sigas respirando, y tú, lo creas o no, estás decidiendo sobre ello, poniendo conciencia o evitándola.