La diferencia entre hacer las cosas y hacerlas bien, se mide en el resultado.

Hace un par de meses, di con varios canales de youtube de chicas que hacen tutoriales de maquillaje artístico. La verdad es que aluciné. Unas producciones bestiales. Lo cuidan todo: el fondo, el disfraz, la edición del video, la música… Es obvio que cuanto más currado está, más atractivo es, más visualizaciones tiene y más repercusión tiene, sencillamente porque está bien hecho y cuidado al detalle.

En la auto exigencia está la clave del éxito, parece ser, o al menos, eso fue lo que deduje de aquello.
Creo que la mayoría de las veces permanecemos en lo mediocre no porque no sepamos hacerlo mejor, sino, porque no nos da la gana esforzarnos para hacerlo mejor.
Muchos de nosotros, puede conseguir ser mejor, perfeccionar si se lo propone.
Así que decidí currarme más los videos que hago de covers a capella con la app de Acapella.
Los resultados no se han hecho esperar.

Me he dado cuenta de que me he pasado años tratando de procurar que las cosas quedaran bien hechas, quizás, hacer lo correcto, y siempre me ha inundado una sensación de que no ha sido suficiente.
Muchas horas, ensayos, ilusión y energía invertidos en muchos proyectos… Y la sensación de fracaso cuando sucede esto no te la quita nadie, pero forma parte del proceso.
Recién empiezo a ver, entonces, que la fórmula no estaba completa.


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